viernes, 20 de junio de 2008

En la puerta del horno se quema el pan.

La cada vez más perdida relación entre el humano y el mono choro común me hace pensar que los feriados deberían ser cada vez más y que la vida debería venir con una escalera portátil adjunta, para subir y bajar por sus intrincados presentimientos develadores de destinos.

Tu vida como la mía está hecha de tenedores que atrapan la monotonía de lo abyecto y lo transforman en seres pluricelulares llenos de esperanza por comer chicharrón de pescado un verano que no tenga días nublados y días de sol que se asemejen a los días egipcios. Una caída desde el sétimo piso puede ser el presagio de un dolor en la espalda o el presentimiento de no haber caído desde el octavo. Terminando, se empieza a entender como el final es el principio y la muerte el nacimiento de un nuevo candelabro.

Moraleja:
"Las medias abrigan a menos que sean de nylon".

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